La gente ha estado haciendo implantes en sus cuerpos desde hace décadas, desde un marcapasos para controlar el ritmo del corazón hasta sensores que se pueden tragar y que permiten saber cuándo una persona tomó sus medicinas. Sin embargo, una tendencia creciente de implantes, en los cuales se inserta un chip debajo de la piel, trata más de mutar a las personas hacia ciborgs literales que de enfrentar una condición médica.
Biohax es una empresa sueca que se especializa en inyectar pequeños microchips, del tamaño de un grano de arroz, debajo de la piel de las personas. Estos microchips están programados para hablar con otros elementos en la red, tales como cafeteras, parlantes o puertas con cerraduras electrónicas. La idea es que se considera más conveniente saludar con la mano a la puerta que usar una llave. El chip se inserta usando una jeringa sostenida entre el pulgar y el índice y es una forma inalámbrica de conexión, similar a Bluetooth. Es como convertir Internet-de-las-Cosas en Internet-de-Nosotros.
Los científicos han estado implantando microchips en animales por años, con la finalidad de localizar animales extraviados o para monitorear especies en peligro de extinción. Incluso hay países, como el Reino Unido, donde esto es una práctica obligatoria con los perros. Sin embargo, el procedimiento con los humanos genera preocupaciones por el tema de seguridad. Si se hackea el chip, se puede ubicar a la persona, conocer sus patrones de movilización e incluso posiblemente se puede obtener información sobre su salud.
Alrededor de la práctica de Biohacking se ha creado una comunidad en años recientes e incluye:
- Una empresa basada en Seattle vende los microchips y el equipamiento necesario para hacer la inserción.
- Otra ubicada en Pittsburg creó una estrella LED que se puede implantar debajo de la piel y alumbra cuando es activada por un imán.
- Elon Musk, reconocido disruptor en Tecnología, estaría involucrado en una empresa que hará implantes que pueden hacer interfase inalámbrica con un computador, formando una especie de “capa digital” encima de la corteza cerebral. La expectativa es que eventualmente la tecnología, que se denomina “lazo neural”, se pueda utilizar para mejorar la funcionalidad del cerebro y así lograr que los humanos se mantengan a la par con los rápidos avances en Inteligencia Artificial.
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