Un atisbo del futuro en el mundo del detal está disponible en un pequeña oficina en Hamburgo. Desde allí, Otto una empresa alemana dedicada al comercio electrónico está utilizando Inteligencia Artificial para mejorar su negocio. La tecnología que se ha implementado permite tomar decisiones a una escala, velocidad y precisión que sobrepasa las capacidades de sus empleados humanos.
La idea es recolectar y analizar información para entender los gustos de los clientes, recomendarle productos y también para personalizar las páginas web para los clientes. Lo que sobresale en el trabajo que se realiza en Otto es que se están automatizando decisiones que van más allá de la gerenciación de los clientes. La más importante es tratar de disminuir la devolución de productos que le cuestan a la empresa millones de euros por año. Este fenómeno es causado principalmente por las siguientes razones:
- La data convencional demostraba que existe menor posibilidad que los clientes devuelvan la mercancía si la reciben dentro de los primeros dos días del pedido. La devolución obliga a Otto a cancelar la venta y absorber los costos de transporte.
- A los clientes no les gustaba recibir múltiples entregas. Ya que Otto también vende mercancía de otras marcas, y no mantenía stock de estas , era difícil evitar uno de los males: entregas parciales o tardías.
Otto creó un sistema basado en tecnología, usando un algoritmo de Aprendizaje-Profundo, diseñado originalmente para experimentos para física de partículas por el afamado Instituto CERN de Ginebra. Este analiza alrededor de 3 mil millones de transacciones del pasado y 200 variables (tales como ventas anteriores, búsquedas en la página Web de Otto e información sobre el clima) para predecir lo que los clientes compraran una semana antes de que estos lo hagan.
El sistema de Inteligencia Artificial ha probado ser tan confiable – predice con 90% de certeza lo que se venderá en los próximos 30 días – que Otto le permite comprar en forma automática alrededor de 200.000 items mensuales a marcas de terceros sin intervención humana. En forma global el stock en exceso que Otto debe mantener ha disminuido en 20% y ha reducido las devoluciones de productos en un número superior a 2 millones de ítems anuales.
Los clientes reciben sus productos más rápidamente, lo cual mejora la retención de clientes a largo plazo y la tecnología también beneficia al medio ambiente ya que un número menor de paquetes es despachado y devuelto. Esta iniciativa sugiere que un rol importante de Inteligencia de Negocios será hacer funcionar mejor los procesos existentes.
Otto no necesitó reducir personal al aplicar el enfoque algorítmico, sino más bien contrató empleados adicionales. Esta experiencia de Otto también subraya el hecho que no solamente gigantes como Amazon pueden aprovechar Inteligencia Artificial, sino que también está disponible para empresas ordinarias. El artículo original se encuentra en http://econ.st/2omyEo7.
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