Motivado por el orgullo y por las presiones demográficas, China se ha planteado la misión de convertirse en una superpotencia robótica. Para el partido Comunista de China, liderado por Xi Jinping, la robótica es un negocio serio, donde el incremento de la productividad se ha convertido en una prioridad y allí ven a los robots cómo un componente determinante de dicho esfuerzo. China se ha posicionado bien en este campo, pero todavía tiene bastante terreno por cubrir.
El impresionante crecimiento económico de China en las recientes décadas se ha debido principalmente a tres factores: (a) la expansión de la fuerza de trabajo urbana, (b) el capital acumulado y (c) una creciente productividad. Sin embargo, hoy en día, se requiere menos infraestructura en el país y la población laboral (entre los 15 y 64 años de edad) se está reduciendo y allí se proyecta una caída superior al 20% para el 2050. Las presiones ya se sienten, este año el gobierno emitió una lista de las 100 ocupaciones para las cuales existe escasez de mano de obra y esta incluía 41 posiciones en manufactura. Para mantener el esfuerzo de incremento de la productividad, los robots son un componente muy importante.
El primer intento chino para construir un robot humanoide no fue muy exitoso. Ocurrió el año 2000 y el robot realmente se asemejaba a una tostadora caminante. Sin embargo, el esfuerzo ha persistido y en Noviembre del 2023 el gobierno chino publicó un plan que prevé la producción en masa de robots humanoides para el 2025. Ya China es una potencia en el campo de los robots industriales, en 2022 la mitad de ellos fueron producidos en China y hoy en día, China es el país #5 en automatización, usando la medida de robots por trabajador. Muchos de los robots recientemente instalados son brazos mecánicos que pueden ser programados para soldar, taladrar o ensamblar componentes en una línea de producción.
Adicionalmente, el año pasado, China produjo más de 6 millones de “robots de servicio”, los cuales ayudan a los humanos en tareas diferentes a la automatización industrial. Está máquinas corretean en los almacenes moviendo cajas, limpian cuartos en hoteles y cocinan y atienden a comensales en restaurantes. Con el tiempo los robots podrían sustituir a trabajadores mayores, otros podrían jugar un rol en el cuidado de los mismos. Incluso, robots más simples podrían ayudar a las personas de la tercera edad a bañarse, a levantarse o a caminar.
Muchos de los retos que enfrentan las fábricas chinas también se presentan en la agricultura y la ganadería. Aspectos como el ordeño, son relativamente fáciles de automatizar. Otros, más complejos, son factibles de automatizar en menor escala. Cómo ejemplo, está una instalación en la ciudad de Chengdu para automatizar los vegetales, la cual en teoría debería producir diez cosechas anualmente.
El gobierno chino busca que la industria robótica china sea más autosuficiente. Las empresas locales siguen dependiendo de empresas extranjeras para obtener componentes y conocimiento. Para contrarrestar este hecho, hay esfuerzos como el reciente anuncio realizado por la ciudad de Beijing de un fondo de US$1.400 millones para el desarrollo de robots. Este empeño comienza a tener efecto, el año pasado el 36% de los robots industriales instalados fueron manufacturado localmente, comparado con el 26% en 2013. Sin embargo, para la mayoría de las empresas chinas, todavía queda un largo trecho para alcanzar la autosuficiencia.
Se hace referencia a China’s quest to become a robot superpower. La imagen es cortesía de Bing Image Creator .
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