El teléfono inteligente, conjuntamente con Internet y la Nube, ha transformado la vida de miles de millones de personas en el planeta. Ha sido tan importante y tan exitoso que continuamente han ido apareciendo nuevos dispositivos que pretenden replicar el éxito del teléfono inteligente y tomar su lugar como el gran conector. ¿Es posible que el teléfono inteligente haya sido tan exitoso y tan útil que detenga la innovación?  ¿Quizás nunca aparecerá nada parecido al teléfono inteligente, el primer computador de consumo masivo y transformador global?

No es fácil imaginar opciones. En una explosión que ha durado una década, el teléfono inteligente pasó de ser una novedad para ricos a convertirse en la única computadora que miles de millones de personas usan hoy. Su éxito es tal que es difícil pensar en la vida cotidiana sin ellos. La velocidad del cambio que vivimos en esta revolución de la información y el encanto de los dispositivos sobre la imaginación de los tecnólogos es tan poderoso que sienten que necesariamente tiene que aparecer algo en oposición al teléfono inteligente. Esa nueva tecnología tendría que responder a las inevitables preguntas: ¿Por qué debería comprar otro dispositivo que tome fotos, permita ubicar direcciones para rutas de bicicletas o tocar música si todo se puede hacer con el teléfono que ya tenemos?.

Por ahora, la mayoría de las tecnología existentes son suplementos y no reemplazos del teléfono inteligente e incluyen: (a) dispositivos como el Apple Watch, los Glasses de Facebook y los  Spectacles de Snap y ellos tratan de resolver funcionalidades que son más incómodas en el teléfono inteligente, (b) los cascos de realidad virtual, que son voluminosos impedimentos entre el ser humano y la computadora, (c) en el metaverso, con computadoras que puedan “aprender” como seres humanos y que buscan difuminar la separación entre el ser humano y la computadora hasta llegar a borrarla.

Los teléfonos inteligentes son pequeños computadores tan prácticos que es posible que nunca tengamos una revolución post-teléfono inteligente.

El artículo es Smartphones May Be Too Good. La imagen es cortesía de pexels.