En el mundo entero los viajeros a veces deben mostrar sus documentos de viaje hasta cinco veces antes de subir a un vuelo: en el registro de entrada (check-in), en seguridad, en ocasiones en inmigración antes de otro chequeo previo al abordaje de la nave. Finalmente, hay un control adicional del pasaporte a la llegada al destino. Cada punto de control es una cola potencial, de manera que los viajeros tendrían un interés especial en cualquier acción que permita acelerar este proceso. “Mi cara es mi pasaporte” puede terminar siendo el resultado de la aplicación de la tecnología de reconocimiento facial en los aeropuertos.
Efectivamente, varios aeropuertos están comenzando a implementar tecnología de reconocimiento facial, haciendo el emparejamiento con las fotos de los pasaportes electrónicos y buscando con ello evitar colas para los pasajeros. Los lugares donde se están poniendo a prueba la tecnología incluyen:
- Tokio, está ensayando en dos aeropuertos desde 2.014 y esperan introducir el sistema en pleno funcionamiento para los Juegos Olímpicos del año 2.020.
- Francia, en el aeropuerto Charles De Gaulle, comenzó a probar el software desde Febrero de este año.
- Canadá , al igual que Schipol en Amsterdam, piensan poner en funcionamiento kioskos de reconocimiento facial esta misma primavera.
- Australia con los planes más ambiciosos. El gobierno en 2.015 lanzó la iniciativa “Seamless Traveller”, la cual tiene como objetivo tener el procesamiento automatizado para el 90% de los pasajeros para el año 2.020. El aeropuerto de Brisbane recientemente puso en funcionamiento un nuevo sistema que permite un registro biométrico único y elimina la necesidad de mostrar documentos hasta el abordaje del avión.
Esta tecnología no es infalible todavía. Un intento previo en Japón el año 2012 tuvo que ser cancelado, ya que el sistema no pudo identificar correctamente a los pasajeros en el 18% de los intentos. Sin embargo, la tasa de éxito seguramente mejorará en el futuro. Pero aun así no será la panacea que resuelva todas las colas, por cuanto reconocimiento facial puede confirmar la identidad del pasajero, pero:
- No puede escanear el equipaje.
- No recortará la espera mientras se aborda la nave.
- No recortará el cuello de botella que se genera cuándo los pasajeros tratan de colocar su equipaje en los espacios de almacenamiento que se encuentra sobre los asientos dentro del avión.
- Tampoco hay que olvidar que los kioscos automatizados de pasaportes todavía no han resuelto los problemas de este proceso.
Los pasajeros también pueden hacerse dos preguntas adicionales: (1) No será que este esfuerzo responde a una búsqueda de disminución de puestos de trabajo de seguridad y no se trata exclusivamente de mejorar la experiencia del pasajero?, (2) Cómo queda el tema de la privacidad?. El artículo original aparece bajo http://econ.st/2mLGkQH.
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