Los avances tecnológicos están impactando muchos aspectos de la vida cotidiana y no siempre en la forma que necesariamente se había previsto. Esto incluye aspectos como la posibilidad creciente de trabajar en forma remota, asociada a los cambios en las profesiones. Una de las situaciones a las cuales no estábamos acostumbrados es el de la pareja, donde la esposa es quién tiene el trabajo presencial y el marido es quién queda en casa, trabajando desde allí en forma remota. El marido remoto, en las comunidades de clase media y media alta, es un fenómeno que está apareciendo cada vez con más frecuencia.
Cuando las esposas parten en la mañana hacia sus oficinas, clases u hospitales, están despidiéndose de sus esposos, quiénes quedan en casa. No se trata de una inversión de roles del pasado, por cuanto los esposos están en casa trabajando, y no están predominantemente dedicados a cocinar, limpiar y cuidar los niños. Sin embargo, si refleja un efecto poco apreciado aspecto del trabajo remoto: el auge del marido remoto.
Los hombres y mujeres se siguen especializando en diferentes tipos de trabajo. En los países desarrollados, las posiciones en las ciencias de la computación e ingeniería continúan siendo desempeñadas en una alta proporción por hombres. Los trabajos en educación y la salud son dominados por el sexo femenino. En profesiones como la medicina y el derecho todavía se emplean más hombres que mujeres, pero las escalas ya están camino a un punto de quiebre; ahora hay más mujeres en esas carreras en las universidades. Por ello, en las parejas jóvenes es cada vez más probable que ella sea la médico o la abogada.
Diferentes ocupaciones también tienen diferentes enfoques hacia el trabajo remoto. Una minoría de los médicos pueden trabajar en forma remota, en posiciones de telemedicina, pero la gran mayoría tratarán a sus pacientes de manera presencial. Los abogados pueden estar atados a un área geográfica específica, de acuerdo a su especialidad y certificación. Mientras tanto, los sectores que reportan el mayor nivel de flexibilidad son programación y tecnología, arquitectura, diseño y los trabajos de oficina. Aproximadamente la mitad de las personas en roles asociados a computación o matemáticas trabajan en forma remota a tiempo completo. En todo caso, el resultado de esta distribución de las profesiones es que es más fácil para los hombres trabajar desde donde deseen. Una encuesta realizada por la consultora McKinsey detectó que el 37% de los hombres tenían la opción de trabajar exclusivamente en forma remota, comparado a un 30% para las mujeres. La mitad de las mujeres no podían trabajar en forma remota ni parcialmente, comparado con un 39% para los hombres.
Este cambio en la forma de vida implica que las parejas deben negociar y llegar a compromisos. Bajo las circunstancias de trabajo presencial de ambos, si la mujer recibe una oferta de promoción a otra ciudad, es posible que deba rechazarla por la ubicación del trabajo del hombre. La liberación geográfica que representa el trabajo remoto del hombre le permitiría a la mujer aceptar dicha oferta de posición en otra ciudad. Incluso puede facilitar la selección del lugar de vivienda cerca de familiares, para ayudar en el manejo de los niños. Históricamente, la posibilidad de trabajar desde la casa representó una ventaja para las posibilidades de trabajo para la mujer. Ahora, para la mujer se agrega la opción de un trabajo presencial, mientras su pareja lo hace en forma remota desde la casa.
Se hace referencia a The rise of the remote husband. La imagen es cortesía de Bing Image Creator.
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