La industria de la tecnología es disruptiva por naturaleza y recientemente los fabricantes de automóviles se han convertido en un objetivo de innovación. Carros que se manejan usando inteligencia artificial se han estado probando en las calles de ciertas ciudades en el mundo. Ahora también aparecen el radar una máquinas voladoras que no se asemejan exactamente a un Buick tradicional con alas. Varios emprendedores y grandes empresas de la industria aeroespacial están tratando de construir una nave personal con la cual se pueda volar en una ciudad y sus alrededores.
Ya no es ciencia ficción, desde que en una tarde reciente, un ingeniero aeroespacial trabajando para una pequeña empresa de Silicon Valley llamada Kitty Hawk piloteó un carro volador sobre un lago escénico a unas 100 millas de San Francisco. Este carro volador, si es que se le puede denominar “auto”, parecía algo que Luke Skywalker hubiera construido usando repuestos varios. Era un artilugio con un peso de 100Kg., con asiento al aire libre, con espacio para una persona, propulsado por 8 aspas impulsadas por baterías que chillaban tan ruidosamente cómo una lancha ultra-rápida. El piloto utilizó dos controles tipo joy stick para sobrevolar el lago, pareciendo un vehículo Formula Uno. El vuelo se realizó a 5 metros sobre el agua, volando de 7 a 10 metros de la orilla y después de 5 minutos terminó tocando en una plataforma de aterrizaje flotante.
Más de una docena de empresas de emprendimiento, en las cuales han invertido personajes como Larry Page fundador de Google, como corporaciones del tamaño de Airbus y Uber e incluso el gobierno de Dubai están en el camino del sueño del auto volador. Los enfoques varían y la realización práctica de esas visiones todavía parecen lejanas en el tiempo, pero todas coinciden en la creencia que un día gente pueda estar volando sus propios vehículos en su ciudad. Específicamente, Kitty Hawk está apostando a poder crear una audiencia de entusiastas y aficionados, que más adelante este año puedan cancelar US$100 para obtener un descuento de US$2.000 sobre el precio del detal del auto volador una vez que salga al mercado.
Indudablemente existen retos tanto en tecnología como en regulaciones gubernamentales. De por sí, existe resistencia significativa para la idea de drones auto-tripulados volando sobre áreas urbanas y por lo tanto autos voladores pueden enfrentar una oposición sustancial, aun después de disminuir el nivel de ruido automotor:
- En Estados Unidos requerirían un sistema de control de tráfico áereo totalmente nuevo.
- Las baterías son también un asunto delicado. Si bien los motores propulsados a hélices lucen promisorios, la tecnología actual de baterías no permitiría vuelos para una distancia razonable como 50 a 80 Km.
Pero el moderno hermano Wright ya voló su auto!!! El artículo aparece en http://nyti.ms/2oCWmxf.
Comentarios recientes