Aunque los brazos robóticos se generalizaron en la industria manufacturera a partir de la década de 1960, es solo ahora que los investigadores pueden recrear la movilidad humana en metal y, gracias a la inteligencia artificial (IA), la mente humana en silicio. Como resultado, los robots humanoides finalmente están comenzando a salir del laboratorio y a entrar en el mundo laboral. A esta altura, la expectativa es que China esté a la vanguardia de esta revolución.

El 22 de abril 2025, Elon Musk reafirmó durante una presentación de resultados que espera que «miles» de robots Optimus de Tesla trabajen en sus fábricas de coches eléctricos para finales de año. Predijo que la empresa produciría un millón de Optimus para 2030, quizás incluso para 2029. En enero, sugirió que algún día generarían más de 10 billones de dólares en ventas anuales para Tesla. Wall Street se muestra menos entusiasta, con respecto a lo planteado por Musk. Pero solo un poco:

  • Goldman Sachs pronostica que, dentro de una década, el mercado de robots humanoides podría alcanzar los 200.000 millones de dólares, frente a un pronóstico alcista de 150.000 millones en 2023.
  • Citigroup estima que las ventas podrían alcanzar los 7 billones de dólares para 2050.
  • Bank of America habla de 3.000 millones de humanoides para 2060, o uno por cada tres personas, que se encargarán de todo, desde la manipulación de materiales peligrosos hasta el cuidado de las crecientes filas de H. sapiens ancianos. Los tres bancos coinciden pronosticando que China estará a la vanguardia de la revolución y Musk también. Musk declaró a los analistas que, por supuesto, Musk espera que Tesla sea el número uno. Pero añadió: «Me preocupa un poco que… del segundo al décimo puesto estén empresas chinas». En China y en otros lugares, las ventas de vehículos eléctricos de Tesla se desploman a medida que los competidores chinos, alimentados por el apoyo estatal y luego obligados a competir entre sí, ofrecen vehículos eléctricos más baratos, mejores o ambas cosas.

Un show de fuerza chino

China organizó una media maratón con robots y corredores humanos. Los humanos ganaron fácilmente, un robot, con las rodillas flojas, se desplomó antes de la línea de salida; otro lo hizo unos pasos después; un tercero chocó rápidamente contra una barandilla. Aun así, los 18 robots humanoides restantes que participaban en la media maratón de Pekín el 19 de abril saltaron, brincaron o se deslizaron sin problemas por una pista especial hacia el futuro. El ganador de los robots cruzó la meta en un majestuoso tiempo de dos horas y 40 minutos; cinco más completaron el recorrido de 21,1 km. Algunos de los 12.000 corredores humanos (los mejores recorrieron la distancia en poco más de una hora) observaban, perplejos. ¿Un truco? Claro. Pero también una metáfora irresistible —y claramente intencionada— de la ambición de China en la competencia tecnológica con Estados Unidos. La realidad es que China podría ganar la gran carrera de autómatas.

Los robots y China

Ahora, el Partido Comunista está haciendo con los humanoides un esfuerzo similar al que se realizó con los vehículos eléctricos. Esto ocurre, tanto por orgullo tecnológico como, dada la menguante población en edad laboral, por necesidad demográfica. En enero, robots diseñados por Unitree, un emprendimiento de Hangzhou, literalmente brincaron en el escenario durante la Gala del Festival de Primavera, una celebración televisada del Año Nuevo chino y patrocinada por el estado. Esto está animando al sector privado a sumarse:

  • Entre los patrocinadores corporativos de Unitree se encuentra Meituan, un gigante del comercio electrónico. AgiBot, otro emprendimiento de humanoides ha atraído inversiones de BYD, el principal rival de Tesla en vehículos eléctricos y Tencent, un vasto conglomerado digital.
  • Huawei, el gigante tecnológico más poderoso de China, persigue sus propios sueños android.
  • UBTech, un fabricante de humanoides que cotiza en la bolsa, vende sus robots por alrededor de US$70.000, prevé enviar entre 500 y 1.000 unidades este año y más de 10.000 en 2027.

Además del apoyo estatal, los fabricantes chinos de robots disfrutan de otra ventaja aún mayor sobre sus rivales del mundo rico: una cadena de suministro bien aceitada. Al mismo tiempo, China se está poniendo al día rápidamente en el pensamiento artificial. DeepSeek ha demostrado que los algoritmos chinos son inteligentes y pueden prescindir de chips sofisticados.

De los aproximadamente 60 fabricantes de ojos robóticos (es decir, cámaras y sensores) y manos, músculos y articulaciones (actuadores) que figuran en la lista, 48 son chinos. Su valor de mercado combinado, de 217.000 millones de dólares, ha aumentado un 56% desde septiembre, incluso tras el desplome bursátil provocado por los aranceles aplicados recientemente por Estados Unidos. El año pasado, 12 empresas registraron ventas superiores a los 1.000 millones de dólares, en comparación con solo dos de sus doce rivales no chinos. Esto sin contar a CATL, el principal fabricante mundial de baterías. Bank of America afirma que esta cadena de suministro ayudará a reducir a la mitad el costo de los materiales de un humanoide chino para 2030, hasta los 17.000 dólares.

Los robots y Estados Unidos

Estados Unidos mantiene la ventaja en cerebros robóticos, especialmente en modelos de IA de primera categoría (OpenAI y Google) y en los chips que estos necesitan para funcionar (Nvidia), el cual también proporciona una plataforma de software para programar robots. Para mantener esta ventaja, este mes Estados Unidos volvió a endurecer las restricciones a la exportación de semiconductores a China.

Un robot de 20.000 dólares que sustituyera al trabajador típico de una fábrica estadounidense se amortizaría en menos de dos meses, según Citigroup. Lamentablemente para los fabricantes del país, fabricar estos aparatos a gran escala a nivel nacional sería más costoso, ya que implicaría empezar desde cero. Esto importaría menos si la Administración Trump no estuviera atacando a sus aliados en Asia y Europa, cuyas empresas ya fabrican diversos componentes robóticos. Los dos grandes proveedores de piezas no chinos son alemanes (Schaeffler) y suecos (SKF); empresas japonesas de robótica industrial como Fanuc fabrican componentes internamente y podrían ser persuadidas para venderlos. Con su ayuda, Estados Unidos podría superar por mucho a los humanoides chinos. Estados Unidos aislado, corre el riesgo de quedar rezagado.

Se hace referencia a Watch out, Elon Musk. Chinese robots are coming .  También aparece  en mi Portal.  La imagen es cortesía de  Bing Image Creator.