El futuro de las cadenas globales de suministros, está en el péndulo que significa optar por la eficiencia que ellas proveen, por economía de escalas, y la vulnerabilidad que representan considerando las circunstancias geopolíticas actuales. Hace muy poco y casi por una semana, el canal de Suez fue bloqueado por una metáfora de 200.000 toneladas. El barco Ever Given no es solamente una de los más grandes barcos-contenedores, sino también el emblema de la reacción involutiva que acusa a la globalización de haber ido demasiado lejos. Desde principios de los 1990 las cadenas de suministro se han concentrado en maximizar eficiencia. Las empresas buscaron especializar y concentrar tareas específicas en lugares que ofrecían economías de escala. Sin embargo, ahora existen preocupaciones que las cadenas de suministros globales se hayan convertido en una fuente de vulnerabilidad estratégica.  Se requieren decisiones inteligentes que permitan la continuidad de las cadenas globales con los ajustes locales que garanticen la protección frente a los temas de seguridad.

Seguridad vs. eficiencia

Los diferentes estados en el mundo entero, mientras batallan contra la pandemia y enfrentan crecientes tensiones geopolíticas están optando por la resiliencia y la autodependencia en lugar de la búsqueda de la eficiencia.   Los ejemplos de cadenas de suministros alteradas son frecuentes y recientes: (a) un desabastecimiento de semiconductores ha forzado paros temporales en fábricas de autos en el mundo entero, (b)  China le impone un boicot digital a la cadena de ropa H&M, (c) un detallista occidental se muestra reacio a usar algodón de Xiangiang, donde el partido comunista encierra y obliga a trabajos forzados a los Uigur y (d) la UE e India frenan la exportación de vacunas. Indudablemente, cuando la seguridad nacional está a riesgo los estados necesitan hacer más seguros  los suministros. Sin embargo, el mundo debe evitar una estampida de rechazo a la globalización, por cuanto no solo puede causar daño mayor, sino que también puede crear nuevas vulnerabilidades impredecibles.

Búsqueda extrema de la eficiencia

Una de las quejas contra la globalización es que se concentra exclusivamente en la producción y elimina los colchones intermedios. Las cadenas de suministros incluyen algunos de los cometidos humanos más sofisticados: el iPhone descansa en la red de manufactura de Apple, extendida a 49 países y Pfizer tiene más de 5.000 proveedores. Pero la implacable búsqueda de eficiencia ha llevado a inventarios mínimos y a la creación de cuellos de botella: (I) al comienzo de la pandemia hubo una rebatiña por las mascarillas y por los kit de prueba, (II) más de la mitad de los semiconductores son fabricados en unas pocas plantas en Taiwan y Corea del Sur y (III) China procesa el 72% del cobalto en el mundo que se utiliza en las baterías de los vehículos eléctricos. Según McKinsey, un solo país ha monopolizado la exportación de alrededor de 180 productos.

Geopolítica – riesgos del intervencionismo

Las dependencias son particularmente amenazantes en la medida que la geopolítica se hace más conflictiva. El deterioro de las reglas internacionales de comercio hace que los países sean más cautelosos en la dependencia entre ellos. Durante la pandemia, los países han adoptado más de 140 restricciones comerciales especiales y muchos silenciosamente han incrementado el chequeo de la inversión extranjera.  En la medida que se intensifica la competencia entre Estados Unidos y China, aparecen crecientes amenazas de sanciones y embargos e incluso de conflictos militares.  Frente a semejantes escenarios los estados tienen un rol en el aseguramiento de los suministros, aun cuando este debería ser limitado. Pueden apoyar la investigación y el desarrollo, incluso para nuevas fuentes energéticas. Más allá de esto, los subsidios y las preferencias por lo local solamente se justifican cuando un componente particular depende de un suplidor monopolístico, que está potencialmente sujeto a interferencia por un estado hostil.  De lo contrario se corre el riesgo que el mundo se dirija hacia al alejamiento del comercio libre y los mercados abiertos.

Autosuficiencia

Las cadenas de suministro locales, administradas por el estado son menos resilientes que las globales. La autosuficiencia aparenta ser muy segura, pero la comida, los teléfonos, la ropa y las vacunas son el resultado de cadenas globales. La búsqueda de la autosuficiencia interpreta incorrectamente el balance entre los costos de la interdependencia, que son breves y visibles, y sus beneficios que tienen un efecto poco difundido de goteo mes a mes. La pérdida de eficiencia y el costo de duplicar las cadenas de producción compartidas sería desastroso: actualmente las empresas tienen una inversión de US$36 trillones en las cadenas globales. Los costos asumidos por subsidios o aranceles para proteger productores locales se convertirían en un impuesto oculto para los consumidores. Esta política de autosuficiencia terminaría penalizando, particularmente a países demasiado pequeños o pobres para albergar industrias avanzadas. Si la manufactura termina concentrada en forma local, incluso las economías importantes estarían expuestas a conmociones locales, al cabildeo o las limitaciones de sus propios productores.

Resiliencia

La resiliencia se alcanza con fuentes diversas de suministros y con la constante adaptación del sector privado a las persistentes sacudidas que ocurren en el mercado. A través del tiempo, las empresas globales terminarán ajustándose a amenazas de largo plazo, incluyendo la tensión entre Estados Unidos y China y los efectos del cambio climático, adaptándose para realizar nuevas inversiones. Es un momento peligroso para el comercio mundial. Al igual que la globalización engendra apertura, mientras que la protección y los subsidios en un país se propagan al siguiente. La globalización es el trabajo de décadas, sería una pena perderlo.

Se hace referencia a “Global supply chains are still a source of strength, not weakness” https://econ.st/3fxtpzT .