La pandemia Covid-19 trajo al mercado como solución excepcional, en tiempo récord y con un potencial futuro aparentemente ilimitado las primeras vacunas ARN mensajeras o ARNm. ARNm resultó ser algo extraordinariamente poco común en el mundo de la ciencia y la medicina: una tecnología prometedora y potencialmente transformativa que no solo sobrevivió su primera gran prueba, sino que entregó mucho más allá de las expectativas imaginadas. Las terapias ARNm también han sido denominadas como “software de la vida” y “sistema operativo” para la medicina.
Cuando se escriba la historia de las vacunas, este será probablemente el punto de inflexión. Muchas de las plataformas de vacunas tradicionales serán reemplazadas o muy disminuidas en su uso en pocos años. En biotecnología no hay tanta disrupción como en el sector tecnología de computación y esto se debe a que: (1) los tiempos de desarrollo son largos, (2) es un séctor altamente regulado y (3) como consecuencia el cambio se puede prever con antelación.
La carrera para lograr la vacuna ARNm
En los principios de la vacuna, la sabiduría convencional indicaba que la vacuna tomaría un mínimo de un año y medio para ser desarrollada. Como referencia, el récord anterior era la vacuna para paperas que tomó cuatro años en 1967. Katalin Karikó, una bioquímico húngara, comenzó a trabajar con ARNm en 1979; sus investigaciones en la Universidad de Pennsylvania en la primera década del SXXI establecieron los fundamentos para las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna. Ella no se ha sorprendido con el éxito de las vacunas, pero si con la escala de su despliegue. Ahora se ha convertido en una celebridad científica e importantes organizaciones y personalidades han sugerido que sea considerada para un Premio Nobel.
El alcance de ARNm
El concepto detrás de ARNm como un medicamento es muy simple: es la molécula que las propias células de la persona utilizan para llevar las instrucciones a sus genes, escritas en un simple lenguaje químico. Si se le puede sintetizar en un laboratorio, teóricamente se le puede indicar la preparación de una herramienta específica: un antígeno antiviral, o una molécula bloqueadora-del-cáncer o más tejido para el corazón – todo ello en su propio idioma.
El alcance de las vacunas ARNm siempre estuvo más allá de una sola enfermedad. La tecnología promete realizar las mismas tareas que las vacunas tradicionales, pero en forma exponencialmente más rápida y por una fracción del costo. Debe permitir usar ARNm para enfermedades que la industria farmacéutica ha ignorado como dengue o fiebre Lassa, además de la oportunidad de acelerar la búsqueda de sueños científicos de larga data como una vacuna antigripal, una vacuna mejorada para la malaria o la primera vacuna efectiva para el VIH.
Los próximos objetivos
Gripe – En la mayoría de los años la gripe causa 300.000 muertes anuales, a pesar de la administración de más de mil millones de vacunas anualmente. La eficiencia de la vacuna en Estados Unidos rara vez alcanza una protección de 50%, en la temporada 2028-2019 fue de 29%, en algunos años no pasa del 10%. El problema de las vacunas actuales es el desfase entre la naturaleza elusiva del virus de la gripe y el método anticuado y lento que se usa para fabricar la vacuna.
VIH – Ningún virus ha resultado más intratable que el VIH. Tras 40 años desde el descubrimiento del VIH y los avances en tratamientos y profilaxis, la cura no está cerca. VIH es una infección de largo plazo y ahora se piensa que existe una hoja de ruta para la vacuna. Repentinamente, el calendario científico para este increíblemente ambicioso proyecto se ha comprimido en años, incluso hasta décadas.
Otros – Algo similar viene ocurriendo en cientos de campos científicos. El número de proyectos es explosivo, hay más de 150 vacunas ARNm y otras terapias en desarrollo. Pfizer/Biotech está trabajando en por lo menos 7 vacunas, Moderna en 9 y una pequeña empresa belga (fundada en 2019) seleccionó 10 objetivos incluyendo dengue, hepatitis y meningoencefalitis de garrapata y espera tener resultados clínicos en por lo menos cuatro de ellas para el año 2022. Posiblemente lo más emocionante para los próximos años es que “hay tantas cosas que no conocemos” sobre lo que la tecnología puede hacer. Podría usarse para el reemplazo de proteínas (tratando enfermedades como fibrosis quística, donde el cuerpo hace una proteína vital en forma incorrecta) y para anticuerpos monoclonales (pequeñas células inmunes que pueden apuntar a células enfermas y cancerígenas para su destrucción).
Manufactura
El actual proceso de manufactura racionalizado de estas vacunas está a punto de ser simplificado todavía más – permitiendo su fabricación en forma no solo más fácil sino virtualmente en cualquier lugar. Por cuanto su composición química es relativamente simple en comparación a los virus o las células que se extraen para las vacunas tradicionales, las fábricas de ARNm solo necesitan una fracción del espacio, como el tope de un escritorio y con el tamaño de una fotocopiadora. Esto facilitaría su fabricación en los países menos ricos.
Se hace referencia a “The mRNA vaccine revolution is just beginning”.
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