La forma en que los vehículos se fabrican y como se usan está cambiando y además este fenómeno está siendo observado y reportado insistentemente y con múltiples mensajes e interpretaciones. Los inversionistas están enamorados de los nuevos emprendedores que se presume dominarán las tecnologías del transporte en el siglo XXI: motores eléctricos, taxis-vía-app, transporte compartido y vehículos auto-tripulados. Frente a esta inminente revolución tecnológica y de modelo de negocios, los grandes fabricantes tradicionales tienen el dilema clásico del líder del mercado: demostrar que son capaces de dar el salto tecnológico sin perder su capital en el camino. Estamos tan cerca del cambio, que se estima que en el año 2.020 la disrupción abarcará toda la industria del automóvil y el automóvil eléctrico y el vehículo autónomo serán algo de ocurrencia ordinaria.
Algunas predicciones
- Software producirá disrupción en la mayoría de las industrias tradicionales en los próximos 5-10 años.
- Los competidores de General Motors y Ford ya no serán otras empresas automotrices, sino corporaciones como Tesla, Google, Apple o Amazon.
- La mayoría de los fabricantes de automóviles desaparecerán.
- Los vehículos auto-tripulados bajaran el costo-de-transporte-por-km, especialmente si se considera el tiempo que se le libera a los conductores.
- El transporte compartido aumenta la utilización de los vehículos y se venderán menos de estos.
- Para la industria automotriz aumentarán los ingresos por servicios, tales como el cargo por recorrido o la venta de data asociada a los pasajeros.
- Por la escasez de accidentes las aseguradoras tendrán que redefinir su negocio.
Las fabricantes del futuro
Uber, Tesla y Waymo (la empresa automotriz de Google) generan pérdidas hoy y sus ventas anuales equivalen a menos de dos semanas de facturación de las grandes. Sin embargo, todas tienen hoy en día mayor valoración de mercado que General Motors o Ford. Por supuesto, las expectativas son altas. Se espera que Waymo facture más de US$200 mil millones en 2.030, convirtiéndola en la quinta empresa en magnitud en Estados Unidos. Todos estos datos son difíciles de ignorar para General Motors o Ford y generan fuertes presiones de parte de sus accionistas y directores.
Los grandes fabricantes opinan que se está subestimando la complejidad de la producción en masa de vehículos y que dentro de sus empresas puede estar escondido el equivalente a los nuevos emprendedores. Para reforzar este hecho, ellos han estado haciendo inversiones estratégicas:
- General Motors: (a) adquirió el 9% de las acciones de Lyft, (b) es 100% propietaria de una empresa de vehículos autónomos, (c) una subsidiaria conecta a 7 millones de conductores a un servicio de data, (d) tiene un vehículo eléctrico ya lanzado.
- Ford: (a) propietaria de un servicio de autobús lanzadera (shuttle) bajo formato “crowdsourcing”, (b) 13 modelos de carros eléctricos disponibles para 2.020, (c)inversión de US$1.000 millones en una empresa de inteligencia artificial dedicada al software de vehículos autónomos.
Áreas piloto
Existen zonas de prueba de las nuevas tecnologías en Ann Arbor, Silicon Valley, Phoenix, Pittsburgh, Singapur y Shanghai. En particular en Ann Arbor, cerca de Detroit, se encuentra MCity con 32 acres preparados para realizar pruebas, con calles, intersecciones y tienda simuladas donde se están probando vehículos autónomos dentro de un entorno confinado pero realista. Adicionalmente, unos 1.500 automóviles (propiedad de empleados universitarios, residentes y negocios locales) han sido conectados por investigadores de la Universidad de Michigan para compartir información de velocidad y dirección entre ellos, así como con las señales de tránsito y de cruce de calles.
Se hace referencia a “Detroit’s car firms try to match Silicon Valley” http://econ.st/2uMlDZj, “Michigan’s New Motor City: Ann Arbor as a Driverless-Car Hub” http://nyti.ms/2u3J1Uw y “An interesting talk by the MD of Daimler Benz a bit mind blowing really” . También aparece en mi blog .
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