La “confianza” y la “seguridad”, a menudo se usan de manera intercambiable, pero existen matices. La confianza se refiere a la creencia en las propias habilidades y capacidades, mientras que la seguridad implica una sensación más profunda de estabilidad y protección, tanto interna como externa. La seguridad puede influir en la confianza, pero no siempre son sinónimos. La “autoconfianza” es fundamental en la vida de una persona. Permite enfrentar desafíos, tomar decisiones y asumir riesgos. Una persona segura de sí misma tiende a ser más resiliente y a tener una mejor comunicación, lo que puede llevar a oportunidades tanto personales como profesionales.
Por otro lado, el «exceso de confianza»» puede ser riesgoso, especialmente en un entorno laboral. Un empleado que se siente demasiado seguro puede subestimar tareas, ignorar detalles importantes o no buscar la colaboración de otros. Esto puede resultar en errores, decisiones impulsivas o conflictos con el equipo. La clave está en encontrar un equilibrio: la confianza es valiosa, pero conviene que esté acompañada de humildad y apertura a la retroalimentación.
Estudios sobre confianza
La confianza es contagiosa y una persona que manifiesta su posición con certeza tiene muchas más posibilidades de inspirar que alguien dubitativo. En estudios realizado se encontró que:
- La confianza trae recompensas, pero al mismo tiempo también trae peligros. Hay posibilidades que los líderes confiados en exceso hagan adquisiciones, y estas adquisiciones probablemente destruyan valor para la empresa.
- Lideres con niveles inflados de autoconfianza tienen a ser más lentos ajustando sus proyecciones, cuando estas resultan imprecisas o erróneas. Por ello, cuando cometen errores tienden a mantener la equivocación por más tiempo.
- En un curso de Maestría en Administración, a los estudiantes se les hizo una encuesta por Internet antes de comenzar la primera clase. En el cuestionario se les preguntaba si reconocían ciertos nombres, eventos y obras de arte. Las opciones incluían posibilidades reales como Maximilien Robespierre y “Pygmalion”, e inventadas como Bonnie Prince Lorenzo y “Windemere Wild”. Los estudiantes con exceso de confianza, que seleccionaron el mayor número de opciones ficticias, terminaron siendo los que tenían más influencia sobre sus compañeros al final del curso.
- En cartas enviadas por inversionistas activistas, las cartas que transmitían confianza terminaban asociadas con campañas más exitosas.
- La confianza sin la competencia tendrá limitaciones. Pero la competencia sin la confianza también impone límites. Aquellos que dudan de si mismos difícilmente se ofrecerán para promociones laborales importante. Niveles irracionales de creer en sí mismos son una característica de muchos fundadores exitosos. Un grado más alto de autoconfianza es predictor de emprendimiento y de éxito en el emprendimiento.
En un mundo ideal, la confianza estaría distribuida en forma equitativa y en las cantidades apropiadas en cada persona: una persona óptimamente segura es alguien que tiene la seguridad suficiente para confiar en su juicio y aceptar que es falible. En la práctica, la confianza está distribuida en bloques grumosos y es susceptible a circuitos de retroalimentación. Si tienen éxito, una persona con seguridad es capaz de tener todavía más fe en sus habilidades. Este complejo cuadro les plantea a los líderes dos proposiciones amplias:
- Las personas con exceso de autoconfianza necesitan barandas o cercas limitantes. En las grandes empresas de tecnología, los líderes con confianza excesiva tienen un mejor registro de innovaciones mayores, cuando se encuentran contenidos y restringidos por una directiva poderosa y experta.
- Las personas inseguras necesitan estímulo para alcanzar su potencial. Ese puede provenir de sus gerentes, de sus mentores e incluso de ellos mismos. La confianza puede ser natural o puede ser un artificio.
Se hace referencia a The magic and the minefield of confidence. La imagen es cortesía de Bing Image Creator.
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