En China, la intersección del comercio electrónico, los sistemas de pago y las “super-Apps” han llevado a que la mayoría de las transacciones diarias ocurran en un teléfono inteligente. A su vez, en la última década el sector tecnológico de China ha sido una de las áreas más dinámicas de la economía global. Uno de los elementos que permitió que ello ocurriera  fue que empresas como Alibaba, Tencent and Didi para crecer pudieron ir a las bolsas globales. En China hay cientos de grandes emprendimientos que han estado a la espera de lanzar sus acciones al mercado. Eso ahora queda en entredicho, cuando China Comunista toma el control del sector tecnológico.

El reciente ataque del gobierno chino a Didi Global, la empresa china de transporte compartido, que lanzó sus acciones en la Bolsa de Nueva York, indica que será muy difícil combinar las políticas autocráticas y gamberras con las necesarias reglas predecibles y con los derechos de propiedad. La mano dura china comenzó el año pasado cuando las autoridades cancelaron la flotación de US$300.000 millones del Grupo Ant en las bolsas de Hong Kong y Shangai. Estas intervenciones se están convirtiendo en un ataque sistemático del partido al sector tecnológico y podrían representar el comienzo del fín del emprendimiento a gran escala en China.

Didi es una de las empresas superestrella de China, con 550 millones de usuarios (más que Uber),  15 millones de conductores y una presencia en Brasil y México. Ofreció sus acciones en Nueva York  el 30 de Junio 2021, consiguiendo inversionistas y dándole un valor de US$68.000 millones a la empresa. Aparentemente, había hecho esto contra los deseos de la Administración del Ciberespacio de China. Esta la golpeó el 4 de Julio, prohibiendo su presencia en las tiendas de App en China indicando que habían violado reglas en la colección de datos personales. Esa es una acusación curiosa proviniendo del gobierno chino!!  El valor de la acción de Didi cayó más de un 20%.

Para el sector tecnológico chino el acceso a capital y talento global ha sido crítico. Didi tiene accionistas extranjeros, incluyendo a Softbank y Uber, y tiene inversiones en Grab, un rival en el sureste de Asia. La mayor parte de su equipo gerencial se educó en universidades occidentales y ha trabajado para firmas americanas. El grueso de las grandes firmas chinas de tecnología están en las bolsas estadounidenses o en Hong Kong y no en China.

La visión optimista es que estas medidas severas son un teatro, ya que anteriormente empresas globales han sido afectadas en China, para posteriormente recuperarse. Esta vez puede ser diferente. Inversionistas extranjeros han perdido miles de millones de dólares, lo cual puede afectar en forma permanente la disponibilidad de capital global en China. Para cubrir ese espacio, las empresas chinas deberán ir a mercados menos sofisticados y más controlados en China. Emprendedores e inversionistas deberán sopesar las grandes oportunidades del mercado chino contra los riesgos que representan sus leyes opacas, sus intimidatorios oficiales y sus gobernantes paranoicos.  

La información más detallada se encuentra en China’s communists take control of tech. La imagen es cortesía de adamfayed.